lunes, 23 de marzo de 2009

¡A LA HOGUERA!



Creo en el derecho incondicionado de la Iglesia Católica, como cualquier agente que se interrelaciona en sociedad, a expresar su opinión y posicionarse en cualquier debate social. Por ello no me escandaliza en absoluto que plantee su opinión acerca del debate sobre la reforma de la normativa relativa a la interrupción voluntaria del embarazo y que exprese su firme oposición a la eventual extensión o reforma del derecho al aborto. Creo asimismo que no es óbice para ello el que esté financiada con fondos públicos (el que lo esté o en qué cuantía es otro debate), porque como cualquier otra asociación o colectivo que pueda recibir ayudas estatales, eso no debe implicar en ninguna medida la sumisión a los postulados del gobierno de turno. Faltaría más que ese criterio se le aplicara a Aminstía Internacional o a los ecologistas. Que eso pueda ocurrir es la expresión de un principio clave en democracia, esto es, el derecho a la discrepancia con los actos de los poderes públicos. Lamentablemente en el caso de las redes clientelares tejidas alrededor de muchas instituciones éste es un principio que se pone en solfa (como diría Rajoy "en almoneda") en bastantes ocasiones.

Ahora bien, el ejercicio de la libertad de expresión conlleva una contrapartida de responsabilidad y la asunción de que se puede ser objeto en sentido pasivo de la expresión del mismo. Deben asumir la responsabilidad de lo que dicen y la reacción pública ante ello, incluidas las críticas ante las últimas barbaridades expresadas por el Papa sobre el condón, o la crueldad con la que se aproximaron a lo que vinieron a llamar "caso del niño medicamento". Por eso no me gusta nada la campaña lanzada por la Conferencia Episcopal estos últimos días y el ruido generado alrededor de la misma.

Primeramente, la imagen en contraposición contenida en el cartel de la campaña, es de tal demagogia y simpleza que ofende. Por la misma regla de tres, en lugar del bebé podríamos haber puesto a Adolf Hitler y ya veríamos cuántos escogían al humano frente al cachorro de lince. En serio, decir que en este país un animal es más objeto de protección que un bebé es llanamente mentira y sólo puede haber detrás un ánimo manipulador que, por cierto, sitúa a los muñidores de la campaña en muy mal lugar en lo que se refiere a la confianza en la fortaleza de sus argumentos. Poco confían en sus razones si ya de antemano acuden a un zafia manipulación.

Por otro lado, se sitúa el debate en un punto falso. La despenalización del aborto (en definitiva estamos tan sólo hablando de si una mujer debe ir a la cárcel por abortar o no) es una realidad en España de hace muchos años y de muchos más si hablamosde prácticamente toda Europa. Luego no nos hallamos ante un hecho nuevo que se esté discutiendo de comienzo. El debate sólo se puede situar en cuanto a los términos de la reforma o su extensión, porque si hablamos de otra cosa, entonces deberían explicar muy claramente que se enfrentan a TODO el arco parlamentario, puesto que el consenso ante la actual ley es y ha sido unánime.

Por último, hablando de las reacciones, esa tendencia victimista que últimamente se observa en la Iglesia (en sentido lato) es irritante. Ante las primeras críticas a su posición, la cantinela de la supuesta persecución a la Iglesia se ha empezado a volver a escuchar. Escuchaba al presidente de la Junta pro Semana Santa de Salamanca decir que "¡ya está bien de ataques, quieren que traguemos con todo!". No, si le parece a partir de ahora las leyes las hacen entre Rouco y usted, y los demás, por supuesto, no podemos ni opinar ¿Pero de qué persecución hablan, qué es lo que tienen que aguantar? ¿Qué la gente opine, qué no les den la razón? ¿Qué un partido legisle siguiendo su programa?

Esto de la persecución, si se me apura, es incluso una falta de respeto con los miembros de la Iglesia que arriesgan su vida en muchos países y con la historia misma de su institución, llena de sombras, pero también de algunas luces y personas y hechos memorables.

domingo, 22 de marzo de 2009

VALENTÍ FUSTER


Este sábado se inauguraba en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, la Unidad Experimental de Diagnóstico por Imagen que la Fundación Investigación Sanitaria de León tiene en las instalaciones universitarias. Ciertamente es un hito de cuya magnitud no soy consciente en su totalidad, pero juzgando el calado de las personalidades invitadas y lo que personas del sector me comentan, junto con lo expuesto ese mismo dia, nos hallamos ante un elemento singularmente importante a escala europea. Bien por los promotores y bien por la Universidad de León.

Pero realmente con lo que me quedo es con la conferencia en sí impartida por el cardiólogo y Premio Príncipe de Asturias, Valentí Fuster. Hacía tiempo que no escuchaba a nadie hablar con tanta pasión de su trabajo y que transmitiera tal sentimiento de reto colectivo que se tiene que jugar en estos años. Son realmente estos planteamientos los que de vez en cuando nos trascienden de una realidad muchas veces desnaturalizada, cortoplacista y mediocre. Bien también por el gobierno que ha decidido poner en tales manos parte del futuro científico de este país. Son muchos los cerebros que hemos exportado y grande la inobservancia de su existencia. Es la paradoja de un país con capital humano de excepcional valía, que lo forma y luego le da la espalda.

El acto contó con el cierre final del Presidente del Gobierno y hay aspectos interesantes de su discurso que quiero subrayar:

En primer lugar que los fondos del Gobierno destinados a I+D+I se han triplicado desde 2004, lo que, aún siendo todavía insuficiente, nos habla bien a las claras de que el camino tomado es el adecuado por fin.

Y en segundo, un dato que corrobora lo dicho anteriormente. El sector de la innovación en este momento de crisis, ha seguido creciendo y creando empleo, lo que además hay que ponderar teniendo en cuenta que es un sector fuertemente dependiente de la exportación (muy tocada con la crisis internacional).

Esto es importante aún más por lo que nos toca, dada la grandísima apuesta por dos elementos "leoneses" del sector, como el INTECO y la Ciudad de la Energía. Y si finalmente echamos a andar definitivamente el Parque Tecnológico, junto con las apuestas que el nuevo equipo rectoral de la Universidad está desarrollando, lo cierto es que León puede mirar con esperanza el final del túnel.

martes, 17 de marzo de 2009

PACTO PROVINCIAL


Estamos en crisis. Esto es una verdad en sí misma. Terrible, incontestable y sin necesidad de fundamentación matemática. Estamos en crisis porque la grandísima mayoría piensa que así es y punto. Nos hayamos en una crisis que es más un estado mental que una certeza fáctica, y eso es precisamente lo más peligroso de la misma: a las evidentes dificultades económicas se puede sumar el desencanto y pesismismo que nos sumerja más en el abismo.

Es el momento de gobernantes y administraciones que actúen sobre las circunstancias dadas y tomen medidas activas que, fundamentalmente, generen confianza en el futuro. No hay acción que abunde más en eso, que la garantía de estabilidad y entendimiento en cuestiones básicas por parte de las instituciones y agentes políticos. Por eso aplaudí desde el primer momento la idea de Francisco Fernández de establecer un pacto provincial PSOE-PP sobre la base de trabajo en asuntos que competen a las administraciones gobernadas por uno u otro. La agenda era una, pero sin ánimo exahustivo, permitiendo que flexiblemente se fueran incorporando temas no bien la realidad fuera modificándose.

He de confesar que era escéptico en cuanto a la respuesta de Isabel Carrasco pero, tras unos antecedentes dubitativos y alguna píldora "marca de la casa", finalmente se produjo un encuentro en el Hostal de San Marcos hace algo más de dos semanas, entre los máximos representantes de las cúpulas provinciales de ambos partidos.

No sé qué se piensa que se habla en esta clase de encuentros. Yo mismo como debutante tenía cierta expectación. Y he de decir que el contenido superó las expectativas. Durante algunas horas fuimos desgranado temas diversos y avanzando en puntos comunes, marcándonos una agenda de trabajo futura. Me pueden creer los/as lectores/as si les digo que realmente me ilusionaron las posibilidades que se habrían con la colaboración sincera en determinadas materias. La crisis en este caso nos había servido como excusa para abandonar el recelo que nos impedía poner cuestiones en común.

Por eso me irrita todo lo que ha venido pasando a partir de ese momento en las filas populares. Hoy, frente al Rector, reunión de la que, digan lo que digan, estaban más que avisados, hemos perdido una gran oportunidad de empujar conjuntamente por la Universidad de León. Además de lo que como aportación del Ayuntamiento de León se ha anunciado (la facilitación de la instalación de un proyecto puntero en materia de I+D+I) hoy podíamos haber avanzado más en custiones como la instalación de la Facultad de Medicina, la solución de los gravísimos problemas financieros de la ULE, o cómo la propia universidad puede apuntalar proyectos dependientes de Estado, Junta o Administraciones Locales.

Creo que todo se debe a un erróneo cálculo de rentabilidad electoral cortoplacista. Como quizá Carrasco estima que no tiene la iniciativa, piensa que es Paco Fernández quien va a rentabilizar cualquier avance. Se equivoca.

El consenso, como decía antes, es bueno porque sí. La imagen de unidad genera confianza, refuerza el tejido social leonés y dignifica el papel de los/as políticos/as. El concurso de ambos partidos solidifica cualquier proyecto o inversión, impulsa a cualquier entidad con la que se llegue a acuerdos. Si alguien pretende que de la unidad haya vencedores o vencidos, está muy alejado de lo que realmente necesita y percibe la ciudadanía. Lo que realmente no sólo no suma sino que resta es poner obstáculos a la colaboración.

No deseo abundar más en este asunto, más que desde este modesto blog pedir a la presidenta provincial del PP que recapacite. Todavía está a tiempo de propiciar una colaboración que sólo tiene beneficios para todo el mundo.

domingo, 15 de marzo de 2009

PONFERRADA



Estos dos días los he pasado en el Bierzo, enfrascado con actividades propias del PSOE. He de confesar que no necesito mucha excusa para acercarme hasta allí porque me encanta. Conozco bastante bien la comarca, me gusta mucho la idiosincrasia de la gente, de la que admiro ese fuerte sentimiento de pertenencia y orgullo colectivo (¡quizá a veces excesivo!) que les imprime seguridad y confianza en sus posibilidades, y les aleja del fatalismo que lastra muchas veces al resto de la provincia. Esto por supuesto nunca lo reconoceré allí, porque me gusta mucho chinchar.

A lo único que no me acabo de acostumbrar es a esa sensación rara de considerar a un lugar como propio y extraño a la vez. Y es que por un lado, cuando estoy allí "vengo de León" y por otro Ponferrada ha sido mi casa desde muy pequeño hasta no hace tanto tiempo. Gran parte de mis vivencias personales están ligadas a ese lugar. No es raro que cuando paso por allí siempre me encuentre con alguien conocido que me trata muchas veces como a un natural que ha emigrado fuera y al que le preguntan cómo le va.

Eso me ocurrió este viernes por la noche durante la presentación de la revista del grupo Municipal Socialista de Ponferrada, donde confesé que mucho antes de ver mi primer partido de la Cultural, ya había ido con mi padre a Fuentesnuevas a ver a la Ponfe, de la que era socio y ex-jugador ¡Ya contaré alguna cosa más adelante sobre este pasado escondido!

Pero bien, decía que se presentó la revista, que no es sino un paso más de la reconstitución de la Agrupación Municipal Socialista de Ponferrada y la articulación de un proyecto político para la ciudad. Tengo muchas esperanzas puestas en este proceso. Nunca he escondido que la disolución de la agrupación me pareció un error, pero también creo que en este momento cometeríamos un segundo error si perdiéramos un segundo en extraer culpabilidades, porque también es cierto que la situación política que se generó antes de ese momento fue de práctico estancamiento.

Hay que mirar al futuro extrayendo lecciones de todo esto, siendo la más importante que nunca se nos ha de olvidar que los partidos son medios de transformación y servicio, no fines en sí mismos. En la ciudad existe una mayoría sociológica progesista que se manifiesta en todos los procesos electorales a excepción de los municipales. La lectura es bien sencilla: no hemos sido capaces de plantear un proyecto de ciudad creíble durante todo este tiempo.

Es cierto también que se relaciona al PP con una cierta excelencia en la gestión, motivado por la coincidencia de éste con el proceso de transformación urbano de Poferrada que, por otra parte, sufrieron todas las ciudades españolas durante esos años. Mas ahora que ya no vienen tan bien dadas y no hay abundancia económica, el PP empieza a dar los primeros síntomas de agotamiento y de falta de ideas; el proyecto está terminado y además están siendo incapaces de tomar las medidas que otros ayuntamientos han tomado para sobrevivir a la crisis. Por otro lado, la retahila de sentencias negativas en materia urbanística pone en solfa la honradez de muchas de sus decisiones. Bien es cierto que el PP hasta ahora parecía gozar de cierta inmunidad electoral en cuanto a este tema.

Por eso es importante pasar de hacer una oposición "de juzgado" a comenzar a construir un modelo con el que convencer a los ciudadanos de que podemos soñar Ponferrada a medio y largo plazo. Ningún juez va a decidir quién es el alcalde de Ponferrada, independientemente de que los procesos sigan su cauce y se depuren responsabilidades en su caso. Únicamente ganaremos las elecciones si nuestro proyecto es mejor y ponemos a trabajar el partido en solucionar los problemas de la gente y dedicarnos menos a los propios.

La ciudadanía de Ponferrada no debe estar condenada a un gobierno de "rosaledas", gigantescas torres de pésimo gusto (Freud podría hacer un tratado sobre esto) y exabruptos contra el gobierno central. En este momento, más que nunca, el PSOE tiene la obligación social de ganar las próximas elecciones, porque el futuro no espera y la ciudad no puede perder el rebufo de otras localidades que no se están cruzando de brazos a esperar que un milagro arregle la situación económica. Ciertamente ahora se parecia mayor dinamismo en el resto de la comarca que en la misma capital.

miércoles, 4 de marzo de 2009

¿Y qué nombre le van a poner?



Me resulta difícil escaparme por un momento del micromundo en el que últimamente estoy sumido, pero tratando de escapar de la paranoia de estos días me voy a referir a otra cosa que comenzó como pequeña, pero se ha ido agrandando hasta límites inusitados conforme pasaban las horas.

A finales de la pasada semana recibí la llamada del diario "Público", interesándose por la situación de una céntrica calle de León llamada "General Lafuente". Lo cierto es que la llamada me pilló de completa sorpresa. Con apenas diez minutos no bien terminado un Pleno Municipal, me fui poco más que enterando de que por lo visto el fulano había participado en la rebelión militar del 36, traicionado al abuelo de J.L.R. Zapatero con el que por lo visto antes le unía amistad, y en cuyo dudoso honor fue dedicada la calle en 1948. Desconozco cuánta gente conocía este hecho, pero yo desde luego hasta ese momento no. Entre balbuceos y tratando de ser lo más prudente posible, acerté a trasladar que había encargado un informe hacía unos meses en cuanto al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y que pasaría a incluir este caso en la materia propia del mismo. Desde luego el cambio de nomenclaturas no es nada que pensara llevar a cabo en las siguientes semanas y en todo caso los nombres más visibles de León ya habían sido cambiados por unánime concurso municipal hacía apenas una década. No así sucede con calles pertenecientes a las pedanías donde en algunos casos sobreviven "francos","yagües" y demás caterva de asesinos que, en mi opinión, tienen que tener un carácter prioritario de acuerdo a eliminar cualquier referencia elogiosa a un sangriento golpe de estado.

Cuál fue mi sorpresa de que con las declaraciones añadidas por el padre del presidente del gobierno en cuanto a la relación familiar con este caso, lo que no era sino un hecho más en el panorama estatal, se convertía en centro de debate nacional y referencia obligada sobre la recuperación de la memoria histórica.

A partir de ahí vinieron País, COPE (con estos últimamente hablo más que con la cadena local), Tele 5, Cuatro, El Mundo...Todos con preguntas acuciantes sobre el imperioso cambio de nombre que se iba a dar a la calle, preguntándome "¿qué nombre le van a poner?",etc. Los más con verdadero interés divulgativo, los menos tratando de sacar los colores por tratarse de un supuesto "servicio al jefe". Me hizo especial gracia cómo la redactora de La Linterna, enfadada por que no sacaba chicha, me inquiría como reprochante :"(...) ¡al menos reconocerás que es un tema especial por tratarse de la familia de Zapatero!". "Pues home sí, porque es que son de aquí, esto no podría pasar en Murcia o Albacete, y los que hacéis de esto un caso especial sois vosotros, porque se trata de un asunto que vamos a tratar en igualdad de condiciones con los demás; aquí nadie me ha llamado para darme instrucciones".

De todo esto extraigo varias conclusiones:

  • Ya todos sabemos la clase de alimaña que fue el tal Lafuente y antes no lo sabíamos, lo que es algo que sacamos en limpio de todo esto.
  • Los medios de comunicación viven al instante y se enfadan mucho cuando algo no se resuelve a toda velocidad y no crea gran controversia.
  • Hay que reflexionar sobre el espírtu de la ley, que no es otro que eliminar cualquier vestigo hagiográfico del franquismo, lo cual nos hace plantearnos si un elemento callejero que pasa desapercibido debe realmente cambiarse si no existe conciencia subjetiva de su categoría histórica. Es decir, ¿es lo importante el hecho en sí mismo o el efecto que produce en las personas?
  • León, desde ese acuerdo plenario al que me referí, ha disfrutado de cierto grado de consenso alrededor de esta materia y es mi intención que continúe, porque creo que eso es un valor en sí mismo. Así que, cumplimiento de la ley sí (creo firmemente en la bondad de la norma y en la carga de dignidad que nos confiere como país), pero sin prisas y con mucha sensatez.
  • La COPE, si eres del PSOE,te da leña independientemente de lo que les digas. Pese a ser nada beligerante en lo que les dije, aludiendo a que las normas están para cumplirlas pero que creo que hay que actuar con paciencia y buscando consensos, ¡el cañonazo me lo llevé igual!
  • El Mundo de León, como de costumbre, se ganó el título de pregunta más surrealista: "¿Has pensado que Lafuente tendrá familia también?", que es algo que podemos aplicar llegado el caso a Adolfo Hitler, Osama Bin Laden o Josu Ternera.
  • Hablando de este último: ¿Dejamos en las calles de algunos pueblos vascos nombres en honor de etarras porque son "parte de la historia"?

En la foto el nunca bien ponderado César Vidal, conductor de
"La Linterna", uno de los escritores más prolíficos de este lado del Atlántico, capaz de escribir a la vez un libro de cuentos infantiles, otro de poesía, uno sobre buenas maneras y tres sobre la mentiras de ZP. Ahora, nada como su libro sobre country americano con disco incluido, con una foto de portada memorable. Impagable.