Reproduzco aquí la columna que publiqué originalmente en el diario digital Huffington Post, que podéis visitar en este enlace:
http://www.huffingtonpost.es/iban-garcia-del-blanco/bienvenidos-al-crustaceo-_b_5186355.html?utm_hp_ref=spain
“Bienvenidos
al Crustáceo crujiente, donde el reloj de la evolución camina hacia atrás”.
Cuando comencé mi interpelación en el Senado sobre Radio Televisión Española
(RTVE) al ministro Montoro, a principios de este mes, no puede evitar acudir a
una cita del genial Calamardo. Sí, ese calamar quejón (“repunante”, que diríamos en mi pueblo) de los dibujos de Bob
Esponja, que a veces veo y disfruto con los peques en casa; por cierto, a ver
si quién programa en Clan TVE se acuerda de poner algún capítulo nuevo, porque...
Reformulando
esta frase podríamos resumir lo que ha sucedido en este país: “Bienvenidos a la
España del PP, donde el reloj de la evolución camina hacia atrás”. Y uno de los
lugares donde mejor se puede ver esto reflejado es RTVE.
Cuando el PP
llegó al poder heredó una corporación saneada (enjugados más de 7.500 millones
de € de déficit del “aznarismo”) y con una ley de financiación propia, la 8/09,
que aunque necesitada de retoques debido a este ciclo económico, establecía una
senda cierta de ingresos.
Asimismo,
desde la aprobación por Congreso y Senado de la Ley 17/2006 y el posterior
Mandato Marco, se habían establecido claramente los principios que el ente
debía seguir para cumplir con la encomienda de servicio público. El que la
presidencia de RTVE tuviera que contar con 2/3 de los votos del Parlamento,
aseguraba la necesidad de consenso e independencia en la dirección del canal
público.
De la
sustancial mejora de la gestión de RTVE dan buena muestra las audiencias
crecientes a partir de 2007, tanto de la radio como de la televisión pública,
así como el sinfín de reconocimientos y premios internacionales por su calidad
e independencia del poder político. De esta forma parecía que España había
superado definitivamente la época de la gubernamentalización y de las condenas
por manipulación informativa - acordémonos del célebre “ce-ce-o-o” del inefable
Urdaci- ; ya no mirábamos a la BBC con complejo de inferioridad.
Pues bien, de
lo primero que hizo el ejecutivo de Rajoy al llegar al poder, fue aprobar un Decreto-Ley
– evitando así el control previo de las cámaras- para dinamitar la exigencia de
los 2/3 para elegir un presidente de RTVE, de forma que el PP en solitario, con
la complicidad de CIU (qué pronto se ponen de acuerdo cuando les interesa),
escogió como nuevo presidente a Leopoldo González-Echenique Castellanos de Ubao
(respiren).
Lo que vino
después fue una auténtica bacanal de gubernamentalización del ente.
Recordemos
que se nombró jefe de informativos a Julio Somoano, cuya tesis de Máster había sido: “Una estrategia
de comunicación para la victoria electoral del Partido Popular”; en la que
reflejaba pensamientos tales como: “el PP no debería dejar pasar una forma de politización,
como es hacerlo en programas de entretenimiento”. No nos extrañemos de que se
comenzaran a hacer chistes que cambiaban “Águila Roja” por “Águila Azul”…
A partir de
aquí denuncias de manipulación constantes en el Consejo de Informativos y por parte
de la plantilla, periodistas que se niegan a firmar informaciones… Hasta hemos
tenido que pasar por la vergüenza de que a mediados del año pasado el Consejo
de Europa denunciara injerencias gubernamentales en RTVE, situándonos en el
nivel de libertad informativa de países como Rusia, Bielorrusia, Azerbayan… o
el reciente espacio de mítines de nuestro presidente del Gobierno: Turquía.
No es ya solo
la transformación del ente en una RTVE al servicio del Partido Popular, sino también
la baja calidad de muchos otros programas, rozando incluso la chabacanería.
Tenemos una televisión pública en la que los ejemplos para el Día de la Mujer
Trabajadora de este año fueron la duquesa de Alba o Tita Cervera…en la que la
presentadora del magazine de la mañana se pregunta si el alma de los
delincuentes se traslada a las personas que reciben sus órganos en donación…una
cadena pública que mantiene un programa que hace filosofía de la caridad y las
miserias expuestas en público como “Entre Todos” – que podría ser un título
perfecto para el PP en el Caso Bárcenas-.
“Deduzco que a su señoría no le gusta
nada la programación de RTVE” me
espetó Montoro durante el debate. Efectivamente, no me gusta mucho. Pero el
problema no soy yo, el problema es que a la ciudadanía española tampoco le
gusta. Los datos de los telediarios de la televisión pública son desastrosos: han
perdido más de un millón de espectadores desde 2012, TD1 ya es el tercero en su
franja…
Los datos de
RNE no son mejores: según el Estudio General de Medios (EGM) de 2013, la radio
pública ha perdido 700.000 oyentes.
Pero es que
además hemos vuelto a la senda del déficit disparado en lo económico. Los datos
de los ejercicios 2012 y 2013 arrojan un déficit de 113 millones de euros, que
amenaza con ser estructural y repetirse este 2014.
“Si como dice usted ya no la ve nadie,
¿entonces qué le preocupa?”
me decía el ministro de Hacienda. Pues me preocupa una deriva de RTVE hacia el
modelo Tele Madrid, o aún peor, hacia Canal Nou. Me preocupa un canal público,
financiado con nuestros impuestos, que funcione como un chiringuito del PP. Me
preocupa un ente desprestigiado que ya no vean más que los “acólitos”. Me
preocupa la situación de un canal que transmite la imagen de España hacia el
exterior.
Desde el PSOE
hemos pedido al Gobierno que vuelva a caminar hacia delante, que recupere la
senda del consenso. Que acordemos con la mayor concertación posible un modelo
sostenible y de futuro de RTVE, que sirva además para cumplir el mandato de
servicio público. Sinceramente, no tengo más esperanzas de que el PP recupere
la cordura en este tema de las que tengo en que la recupere en otros mucho
asuntos. Y bien que lo siento.
Me parece muy cínico que el Sr. ministro diga: “Si como dice usted ya no la ve nadie, ¿entonces qué le preocupa?”. Es como si alguien acusado de asesinato dijera en el tribunal: "bueno, vale, yo me lo cargué, pero ya está muerto, ¿no? Entonces pasemos a otro asunto ".
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