lunes, 11 de febrero de 2013

LA ROSA BLANCA DE STALINGRADO


Me fascina todo lo que tenga que ver con la II Guerra Mundial (IIGM), así como sus antecedentes y la posterior evolución de los acontecimientos  Desde muy pequeño devoro todo lo que llega a mis manos y también releo una y varias veces textos y compilaciones. No digo nada nuevo si afirmo que es difícil comprender nuestro mundo y sociedad sin echar un vistazo a aquel momento.

Algo que no acabará de sorprenderme es que es fuente inagotable de historias personales, hechos memorables o desconocidos hitos de la capacidad humana para la perversión. Hace unos días contemplé el enésimo especial sobre la IIGM que publicaba una revista, en este caso el "Muy Historia". No me resistí a ojearla y a primera vista me pareció tener un enfoque bastante original, más allá de un inevitable repaso al desarrollo bélico de la misma. Solo por la entrevista del maestro Antony Beevor, en la que anticipaba su próximo libro "La Segunda Guerra Mundial" creí más que justificada su compra ( y no me equivoqué).

Por cierto, haciendo un paréntesis, su libro "La Guerra Civil Española" es con mucho la mejor aproximación bélica al nefasto conflicto patrio que he leído.

De la entrevista me quedo con una afirmación : "Lección histórica: Las democracias no se hacen la guerra entre sí".

Pero con todo, lo más interesante de la revista, a mi juicio, era un interesantísimo capítulo sobre el papel de las mujeres en el conflicto mundial. Llama la atención que hoy todavía la literatura escrita sobre el papel de la mitad de la especie humana sea tan escasa. Máxime si tenemos en cuenta que es el hecho histórico sobre el que más se ha escrito. No es sostenible que una catástrofe que implicó a la práctica totalidad mundial de una u otra manera y que se saldó con 60 millones de muertos, no tenga un torrente de hechos destacables que contar sobre el papel de las mujeres. Es obvio que su participación en la primera línea de los campos de batalla fue secundario (en unas partes más que en otras), pero en todo caso ese papel existió y desde luego la IIGM es muchísimo más que la operativa de campo.

No obstante la revista reseñaba una serie de ejemplos de participación directa de las mujeres en primera línea, por tierra mar y aire. Fue principalmente en el Frente Oriental donde más protagonismo tuvieron, encuadradas en guerrillas en territorios ocupados (su presencia fue enorme en las partidas partisanas de Tito en Yugoslavia), o en el propio ejército regular ruso.

De entre todas las historias me quedo con una por lo conmovedor y épico que ésta me parece. La historia de Lídiya Litviak, la "Rosa Blanca de Stalingrado".

Contado torpe y rápidamente: Lídiya era una jovenzuela de poco más de 20 años que comenzó a pilotar cazas en un Stalingrado asediado y apunto de caer en manos germanas. Los meses que siguieron no fueron sino una sucesión de victorias sobre los pilotos alemanes, incluso derribando a uno de sus ases, Erwin Maier (condecorado varias veces con la cruz de hierro). Siendo ella ya una leyenda en vida por su destreza y temeridad, su caza desapareció en el transcurso de la batalla de Kursk, en el 43, sin que se encontraran los restos del aparato. Su mecánica y amiga, Inna Pasportnikova emprendió una búsqueda que duró hasta 1979 hasta hallar el que, por las indicaciones de los lugareños, debía de ser el lugar en el que reposaban sus restos. Tuvo que llegar 1990, para que Mijail Gorbachov nombrara a  Lídiya "Heroína de la URSS" ( cuando ya casi no quedaba ni URSS para tener héroes y heroínas).

El porqué una historia tan apasionante todavía no ha sido objeto al menos de una producción de un  Hollywood ávido de cosas que contar, es para mi un misterio. Seguramente tenga que ver con su nacionalidad y también con el referido manto de desconocimiento sobre el rol de la mujer en ese conflicto. Ojalá podamos ver esta historia en el cine reproducida de forma tan magnífica como "Enemigo a las Puertas"  de Jean-Jacques Annaud.

Da skorava Lídiya !



1 comentario:

  1. La verdad es que Hollywood no se ha extendido en hacer películas sobre héroes rusos de la segunda guerra mundial, a excepción de la que citas, "Enemigo a las Puertas", que además fue coproducida con otros países europeos. Por cierto, la he vuelto a ver hacer poco en la tele y de nuevo me ha parecido una gran película. Resulta increíble que esté basada en hechos reales, cuando parece un clásico del western.
    Volviendo a la Rosa Blanca de Stalingrado, la verdad es que no conocía su historia, de modo que tienes toda la razón en reivindicarla.Ya cuenta con un admirador más.

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